domingo, 19 de julio de 2015


Leyendo "El mal o el drama de la libertad" de Rüdiger Safranski, me encuentro en la página 55 y 56 con un comentario sobre Albert Einstein que me impresionó mucho. La figura mas destacada de Einstein es la de ese físico genial que pensó y postuló su teoría de la relatividad restringida y generalizada. Este Einstein representa quizás uno de los momentos cúlmines del cartesianismo, por lo cual es tomado como un modelo del método científico capaz de progresar a una verdad universal.
Sin embargo hay un Einstein que es el menos conocido y que, creo, lo hace mucho mas genial. Fue un crítico acérrimo de la ciencia y, contra lo que muchos no creían, su discurso estuvo muy cerca del de San Agustín. Para eso voy a transcribir párrafos del libro para no apartarme del texto.

-Cuando Einstein previno contra la perversión de la ciencia, puso de manifiesto que ese "pecado contra el Espíritu Santo" (trascendencia en la modernidad, esto puesto por mi) se da también en la modernidad. El espíritu de la ciencia, dice, brota de la capacidad que el hombre tiene de rebasar sus límites y sus intereses egoístas, y de dirigir su mirada a la totalidad de la naturaleza, a la que él mismo pertenece. La ciencia peca contra su propio espíritu cuando sirve solamente a fines egoístas, materiales. Un "ser humano", escribe Einstein, es "una parte del todo que llamamos universo", una parte limitada en el espacio y el tiempo. Se experimenta a sí mismo, con sus pensamientos y sentimientos, como algo separado de todo lo demás, lo cual constituye una ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es para nosotros una suerte de prisión, que limita nuestras aspiraciones e inclinaciones a unas pocas personas cercanas a nosotros. Es tarea nuestra liberarnos de esta prisión.
Para Einstein el "todo" es la unidad de naturaleza y espíritu, y cualquier intento de arrojar el espíritu de la naturaleza cierra la conciencia humana en una prisión. La naturaleza se convierte en cosa, y a la postre el hombre mismo se convierte también en cosa, en una cosa que puede manipularse y utilizarse hasta el abuso como medio para todos los fines posibles.
Agustín decía que el hombre no ha de regirse por sí mismo sino por Dios. Einstein afirma que el hombre ha de liberarse de la prisión implicada en la referencia a sí mismo. Y puede hacerlo, pues basta con que deje de actuar en contra de su conciencia intuitiva de pertenecer al todo y de traicionarla. Esa es la formulación que Einstein hace del pecado contra el Espíritu Santo (trascendencia). Y también en Einstein este pecado implica a la vez el castigo, que consiste en la destrucción de la naturaleza, en la enemistad humana, en la traición a si mismo.-

sábado, 18 de octubre de 2014

Stupia hablando de dibujo



En cuanto al método, la disciplina, la técnica, ¿cómo te manejás? Miro un cuadro tuyo y me pregunto ¿por dónde empezaste?


Por cualquier lado. Empezar a dibujar en este tipo de trabajo es como empezar a hablar. Cuando empezás a hablar no lo haces en un lugar, lo hacés desde cualquier lado, el habla construye su lugar. La línea construye su estatuto a partir del momento en que aparece en el plano; el plano va a cambiar de un modo u otro en la medida en que vos ponés una primera línea que va a empezar a crecer, ponés la segunda y esa línea va a seguir hasta el momento en que yo me detengo, interrumpo ese primer tejido, me voy a la otra punta del cuadro, hago otro y así, sucesivamente, voy haciendo una especie de islas que se van a ir interrelacionando paulatinamente. Ese tejido tiene que ser intrínsecamente afín y al mismo tiempo diverso; pero no es la diversidad por la diversidad, porque entonces sería un patchwork, una antología de grafismos, y si es demasiado uniforme, es un tejido muerto. Tiene que haber un balance entre la diversidad y la organicidad del asunto.





¿Hay alguna característica saliente que veas en tu obra?


En mi caso, lo saliente es el hecho de que en mis trabajos no se puede encontrar un punto defectuoso ni un punto virtuoso. Son más bien cuadros «fenoménicos». Puede quizás verse que, en la superficie del cuadro, algunas zonas hacen más o menos ruido con relación a otras. A mí me interesa esa incomodidad. Ni la organicidad ni la coherencia tienen por qué ser la entrada principal al cuadro. También tiene que proponerse una dificultad, una situación conflictiva, una entrada a través de cierta incomodidad.


¿Para vos hay algo de terapéutico en tu trabajo? ¿O te genera angustia? Me interesa saber qué sensaciones te provoca…


Se da todo al mismo tiempo. No es terapéutico, porque no es catártico. Yo tengo una relación de apego y de distancia simultáneamente. Nunca me ha pasado que mi energía haya cambiado tanto al dibujar como para considerarla terapéutica. Uno es más bien haragán, cuando llegás al taller te cuesta arrancar. Aunque si uno lo piensa, el arte es una situación bastante hedonista; pero, de todos modos, la máquina no quiere trabajar, tenés que forzar el arranque. Cuando arrancás, la misma máquina te va llevando y al cabo de unos minutos estás metido en un caudal de energía que antes no existía.

Entrevista de mi sobrina Maria Negrete

Entrevista al artista
 Rubén Iacono

Iacono nació el 30 de Enereo de 1954 en la ciudad de Lomas de Zamora en la Provincia de Buenos Aires. Es doctor en Bioquímica, profesional investigador del CONICET y docente en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. Inició sus estudios formales de dibujo en el año 2001 en el taller del artista argentino Eduardo Stupía. Actualmente reside en la Ciudad de Buenos Aires. (rubeniacono@gmail.com)

La obra elegida fue es una obra que estuvo en exposición desde el 14 de diciembre de 2011 al 18 de enero de 2012 en la Galería de arte Alejandro Bustillo, en la ciudad de Buenos Aires
Dice Eduardo Stupía en el catálogo de la muestra: “... El sistema todo terreno de Iácono avanza con delicadeza y resolución entre la referencia vocacional a los prodigiosos paisajes sobre seda en forma de rollo desplegado, que son marca distintiva de la pintura china y japonesa y el método de manchas y pinceladas para facilitar la plasmación del paisaje (Nuevo método para asistir a la inventiva en el dibujo de composiciones paisajísticas originales) que Alexander Cozens desarrolló y publicó en 1785 para alimentar la idea de que la naturaleza bien puede inventarse antes que representarse. Una idea de la que Iacono es, hoy, fidedigno cultor y riguroso practicante...”

Mi nombre es María de los ángeles Negrete, soy alumna del profesorado de Educación primaria de Chivilcoy. Quería hacerle una entrevista sobre una de sus obras.
-¿Cómo empezó a dedicarse a la pintura? ¿es su profesión habitual?
Quiero aclararte que no soy pintor sino dibujante. Te confieso que mis intentos en el uso pictórico del color fueron infructuosos. Me identifico con la tinta negra (tinta china) sobre papel o tela. Mi vínculo con estos elementos se remontan a mi infancia. Mi viejo era maestro mayor de obras y amaba dibujar los planos de las casa que él mismo diseñaba. Es muy fuerte para mi la imagen de mi padre sentado en el tablero de dibujo alumbrado con la luz de una lámpara y escuchando tangos en la radio. Son también muy fuertes las imágenes de sus instrumentos de dibujo, el frasco de tinta china, el plumín, el pincel, la regla T, las escuadras, etc.  Recuerdo con mucha frescura los olores a papel y a tinta china que había en su oficina y te aseguro que esos aromas me quedaron muy impregnados. Creo que estas cosas despertaron mi curiosidad por el dibujo.
Por otra parte tuve mucha inclinación por las ciencias biológicas, lo cual me influenció fuertemente en la decisión de seguir la carrera universitaria de Biología y luego de Bioquímica. Posteriormente ingresé al CONICET para iniciarme y ejercer hasta hoy como investigador en el área de Bioquímica e Inmunología.
La curiosidad por el dibujo se despertó intensamente recién en el año 2001 cuando tuve la oportunidad de ver en el Museo Nacional de Bellas Artes una muestra de grabados de un artista del expresionismo alemán llamado Otto Dix. Éste participó en el frente de batalla durante la primera guerra mundial y plasmó en una colección de grabados, con una gran crudeza,  escenas del frente de batalla. Estos grabados me impresionaron tanto por la crudeza de sus relatos, como por el recurso gráfico empleado. Se trataba de aguafuertes, estas consisten en dibujar sobre una lámina de cobre con un objeto punzante llamado buril. Esta lámina de cobre posteriormente es entintada y, mediante el uso de una prensa de grabado, se imprimen copias sobre un papel. Son grabados con una riqueza gráfica increíble. Recuerdo que me impresionó muchísimo el modo en que Dix construyó esas imágenes. Se veía una gran cantidad de líneas con diversos espesores aplicadas de distintas maneras, algunas se entrecruzaban, otras se curvaban, en ciertos lugares la densidad de estas líneas era tal que se llegaba casi al negro absoluto, en otras zonas esa densidad era mucho menor por lo cual se podía ver el blanco de la hoja. Este grafismo me provocó una gran fascinación, tanto por lo dramático de la temática, escenas de trinchera en el frente de batalla, como por la maestría del artista en construir esas imágenes.
Mi contacto visual con esa muestra me ayudó a decidir, a los 47 años de edad, empezar a incursionar en el dibujo. Compré papel, tinta, pinceles y plumines. En ese momento me topé con una limitante técnica, por lo cual decidí asistir a un taller de dibujo. Me acerqué entonces a la Asosiación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes y tuve la enorme suerte de conectarme con un extraordinario docente y artista, Eduardo Stupía, que en ese momento lideraba un taller de dibujo. Con él descubrí un mundo nuevo y fascinante. Stupía entendió perfectamente lo que yo estaba buscando, compartíamos además la admiración por Otto Dix. ¡¿Qué mas podía pedir?!
Sus clases me abrieron la cabeza y aprendí, entre otras cosas, la técnica de dibujo empleando pluma o pincel. Estas clases en el Museo duraron un par de años y tuve entonces la suerte de ser uno de los alumnos seleccionados para seguir dibujando en su taller particular.
Años después de la mencionada muestra de Otto Dix, llegó a Buenos Aires una muestra de grabados de Rembrandt. Tuve la suerte enorme de compartirla con Stupía y sacarle el máximo provecho. De nuevo, me encontré con que Rembrandt era un extraordinario maestro en el uso del buril, dibujaba con una maestría increíble. Al igual que con Otto Dix, en estos grabados también se pueden hacer diferentes lecturas, una de ellas es la que propone el autor en su dibujo, autorretrato, paisajes, escenas bíblicas, etc, y la otra es visualizar el modo en que Rembrandt construía sus imágenes. Un sinfín de líneas, puntos, curvas, con diferentes ritmos, espesores y densidades, construían ellas mismas un relato autónomo, con una gramática dibujística muy particular y con una belleza plástica formidable. No por nada el museo recomendaba recorrer la muestra con una lupa. Fue para mi muy movilizante tomar contacto con esa obra.
Recuerdo que uno de los ejercicios visualez que hacíamos en el taller era tomar alguna de estas reproducciones y las mirábamos cambiando su orientación, es decir la girábamos para eliminar el relato propio del grabado, y observábamos poniendo atención en distintas zonas. El giro de la hoja nos permitía independizar nuestro ojo del relato y detenernos a estudiar el modo constructivo de la imagen.
Otro artista que me influyó muchísimo fué, por supuesto, mi maestro Eduardo Stupía. Cuando descubrí sus dibujos me encontré con alguien que exploraba una zona expresiva del dibujo muy similar a la que yo pretendía y pretendo aún hoy.

-¿Cual es la técnica que utiliza y porque la eligió?
La técnica que empleo es tinta china sobre papel aplicada con pluma o pincel. No me interesa la figuración, osea reproducir imágenes de objetos, sino aplicar, en modo caligráfico, la tinta sobre el papel e ir generando módulos gráficos en distintos lugares de la hoja que se van desarrollando y evolucionando. Estos módulo presentan distintas cualidades gráficas y distintas vibraciones, las cuales interactuan entre si generando distintas tensiones gráficas. Una de las características de mis dibujos es que estoy continuamente girando la hoja rompiendo de esta manera con ciertos ritmos y vibraciones y enriqueciéndo el relato. Una vez finalizado el dibujo necesito mirarlo exhaustivamente para decidir, como último gesto, su orientación final.

- ¿Cómo descubrió ésta técnica?
Como te relaté antes me atraparon los grabados de Otto Dix, Rembrandt y los dibujos de Stupía. Además, los dibujos de Van Gogh y su grafismo me impresionaron muchísimo.
La técnica de la pluma y del pincel las adquirí trabajando al lado de Stupía.
-¿Conoce a otros artistas que comparten su técnica?
El artista que siento mas cercano a mi es sin dudas Eduardo Stupía. hay otros artistas argentinos que me impresionan, como por ejemplo Luis Felipe Noe, Lorenzo Amengual, Ana Perisé, Solano López y Enrique Brecchia.

-¿Qué materiales utiliza para realizar sus dibujos?
Tinta china aplicada con pluma o pincel sobre el papel. Existen distintos papeles, algunos muy caros, que permiten alcanzar registros muy interesantes y ricos. La composición del papel es una variable muy importante que condiciona fuertemente al dibujo. Las tintas también tienen diferentes propiedades, ya sea en cuanto a su fluidez e intensidades de negro, que permiten lograr una gran riqueza gráfica. Otro elemento muy importante son las plumas de dibujo. No es fácil conseguirlas en los comercios. Hay algunas librerías muy selectas de Buenos Aires que tienen un archivo de plumas que, me temo, algún día se acabarán.

-¿Tiene algún lugar en especial para dibujar. Escucha música?
Trabajo con papeles de distintas dimensiones. Los mas grandes los empleo en mi taller ya que necesito de una mesa grande para trabajar. Los papeles mas pequeños puedo dibujarlos en mi casa ya que no necesito de grandes espacios.
Suelo escuchar música con un volumen bajo. La música clásica o el jazz suelen acompañarme mientras dibujo. Pero también disfruto del silencio. El sonido de la pluma raspando sobre el papel me produce mucho placer.

-¿En que se inspira para realizar sus obra de arte?
Hay una famosa frase de Picasso que dice "que la inspiración me encuentre trabajando". Existe en la gente un mito que sostiene que la obra de arte se produce en el momento en que alguna musa baja y alumbra al artista. En mi caso particular, y creo que en la mayoria también, eso no sucede. El dibujo es trabajo, trabajo y mas trabajo. Cada hoja de papel es un lugar de experimentación y una hipótesis que muchas veces termina en un tacho de basura, o bien en otros casos el trabajo culmina enmarcado y expuesto en alguna muestra. El dibujo es una búsqueda continua, muchas hojas borrador se emplean para ensayar distintos recursos gráficos. Esas hojas se archivan en cajas y cada tanto es necesario revisar ese archivo. Muchas veces estos reencuentros permiten iniciar un nuevo dibujo.
Un artista italiano que yo admiro muchísimo, Alberto Giacometti,  dijo en sus escritos "...pinto para morder la realidad...", dedicó su vida a intentar plasmar nada menos que "la realidad" en sus esculturas, telas y dibujos. Creo que ese es el verdadero espíritu de mis dibujos, la búsqueda infructuosa de "la realidad". A eso no se llega nunca, sin embargo durante el recorrido hacia lo real van surgiendo obras, las cuales quedarán como un registro a modo de un "cuaderno de bitácora".

-Este dibujo en especial, ¿fue pensado para alguien? ¿Hay algo que le haya provocado alguna "inspiración"?
A este dibujo en particular le tengo un gran afecto ya que lo hice en el mismo tablero de dibujo de mi padre, iluminado por la misma lámpara que lo iluminó durante mas de 40 años. El dibujo responde básicamente a lo que te mencioné previamente, podemos decir que es un recorrido gráfico sobre el papel a modo de un relato. Podría decirte que tiene mucho de caligráfico, similar al arte japonés. No hay ninguna lógica compositiva ni figuración. El dibujo tiene sierta autonomía si bien el trabajo con la pluma fué hecho por mí. Fue muy difícil decidir el final y su orientación.

-¿Qué busca inspirar en el espectador?
Es muy interesante lo que le sucede a la gente con mis trabajos. La gran variación y vibración gráfica provocan cierta fascinación visual. Creo que mis dibujos proponen un rol activo en la persona que lo observa. Algunos se incomodan y manifiestan no entender nada y se van. Otros en cambio buscan alguna figuración y manifiestan ver paisajes o figuras humanas, etc.
Una vez decidido que el dibujo llega a su fin, el trabajo lo continúa y lo finaliza la persona que lo observa.

-¿dónde se encuentra actualmente la obra?

Esta obra en particular forma parte de una colección privada de un coleccionista argentino que vive en la ciudad de Carrasco, Uruguay.

jueves, 10 de abril de 2014

Tanto mas escribe y habla el hombre cuanto menos tiene que decir algo esencial. Eso se evidencia hoy.
Heidegger, De la esencia del ser, pág 27 (editorial Herder)
La divinidad juega a construir el mundo innumerables veces, cada vez de forma distinta.
Heráclito

jueves, 24 de octubre de 2013

Mi viejo se fue. Eso es difícil de digerir. Fue un tipo difícil pero con cosas Extraordinarias. Se la jugó por nosotros, un gran laburante. No lo voy a olvidar