Entrevista al artista
Rubén Iacono
Iacono nació el 30 de Enereo de 1954 en la
ciudad de Lomas de Zamora en la Provincia de Buenos Aires. Es doctor en
Bioquímica, profesional investigador del CONICET y docente en la Facultad de
Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. Inició sus estudios
formales de dibujo en el año 2001 en el taller del artista argentino Eduardo
Stupía. Actualmente reside en la Ciudad de Buenos Aires.
(rubeniacono@gmail.com)
La obra elegida
fue es una obra que estuvo en exposición desde el 14 de diciembre de 2011 al 18 de enero
de 2012 en la Galería de arte Alejandro Bustillo, en la ciudad de Buenos Aires
Dice
Eduardo Stupía en el catálogo de la muestra: “... El sistema todo terreno de Iácono avanza con
delicadeza y resolución entre la referencia vocacional a los prodigiosos
paisajes sobre seda en forma de rollo desplegado, que son marca distintiva de
la pintura china y japonesa y el método de manchas y pinceladas para facilitar
la plasmación del paisaje (Nuevo método para asistir a la inventiva en el
dibujo de composiciones paisajísticas originales) que Alexander Cozens
desarrolló y publicó en 1785 para alimentar la idea de que la naturaleza bien
puede inventarse antes que representarse. Una idea de la que Iacono es, hoy,
fidedigno cultor y riguroso practicante...”
Mi nombre es María de los ángeles Negrete, soy alumna del
profesorado de Educación primaria de Chivilcoy. Quería hacerle una entrevista
sobre una de sus obras.
-¿Cómo empezó a
dedicarse a la pintura? ¿es su profesión habitual?
Quiero aclararte
que no soy pintor sino dibujante. Te confieso que mis intentos en el uso
pictórico del color fueron infructuosos. Me identifico con la tinta negra
(tinta china) sobre papel o tela. Mi vínculo con estos elementos se remontan a
mi infancia. Mi viejo era maestro mayor de obras y amaba dibujar los planos de
las casa que él mismo diseñaba. Es muy fuerte para mi la imagen de mi padre
sentado en el tablero de dibujo alumbrado con la luz de una lámpara y
escuchando tangos en la radio. Son también muy fuertes las imágenes de sus
instrumentos de dibujo, el frasco de tinta china, el plumín, el pincel, la
regla T, las escuadras, etc. Recuerdo
con mucha frescura los olores a papel y a tinta china que había en su oficina y
te aseguro que esos aromas me quedaron muy impregnados. Creo que estas cosas
despertaron mi curiosidad por el dibujo.
Por otra parte tuve
mucha inclinación por las ciencias biológicas, lo cual me influenció
fuertemente en la decisión de seguir la carrera universitaria de Biología y
luego de Bioquímica. Posteriormente ingresé al CONICET para iniciarme y ejercer
hasta hoy como investigador en el área de Bioquímica e Inmunología.
La curiosidad
por el dibujo se despertó intensamente recién en el año 2001 cuando tuve la
oportunidad de ver en el Museo Nacional de Bellas Artes una muestra de grabados
de un artista del expresionismo alemán llamado Otto Dix. Éste participó en el frente
de batalla durante la primera guerra mundial y plasmó en una colección de
grabados, con una gran crudeza, escenas
del frente de batalla. Estos grabados me impresionaron tanto por la crudeza de
sus relatos, como por el recurso gráfico empleado. Se trataba de aguafuertes,
estas consisten en dibujar sobre una lámina de cobre con un objeto punzante
llamado buril. Esta lámina de cobre posteriormente es entintada y, mediante el
uso de una prensa de grabado, se imprimen copias sobre un papel. Son grabados con
una riqueza gráfica increíble. Recuerdo que me impresionó muchísimo el modo en
que Dix construyó esas imágenes. Se veía una gran cantidad de líneas con
diversos espesores aplicadas de distintas maneras, algunas se entrecruzaban,
otras se curvaban, en ciertos lugares la densidad de estas líneas era tal que
se llegaba casi al negro absoluto, en otras zonas esa densidad era mucho menor por
lo cual se podía ver el blanco de la hoja. Este grafismo me provocó una gran fascinación,
tanto por lo dramático de la temática, escenas de trinchera en el frente de
batalla, como por la maestría del artista en construir esas imágenes.
Mi contacto
visual con esa muestra me ayudó a decidir, a los 47 años de edad, empezar a incursionar
en el dibujo. Compré papel, tinta, pinceles y plumines. En ese momento me topé
con una limitante técnica, por lo cual decidí asistir a un taller de dibujo. Me
acerqué entonces a la Asosiación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes y tuve
la enorme suerte de conectarme con un extraordinario docente y artista, Eduardo
Stupía, que en ese momento lideraba un taller de dibujo. Con él descubrí un mundo
nuevo y fascinante. Stupía entendió perfectamente lo que yo estaba buscando,
compartíamos además la admiración por Otto Dix. ¡¿Qué mas podía pedir?!
Sus clases me
abrieron la cabeza y aprendí, entre otras cosas, la técnica de dibujo empleando
pluma o pincel. Estas clases en el Museo duraron un par de años y tuve entonces
la suerte de ser uno de los alumnos seleccionados para seguir dibujando en su
taller particular.
Años después de
la mencionada muestra de Otto Dix, llegó a Buenos Aires una muestra de grabados
de Rembrandt. Tuve la suerte enorme de compartirla con Stupía y sacarle el
máximo provecho. De nuevo, me encontré con que Rembrandt era un extraordinario maestro
en el uso del buril, dibujaba con una maestría increíble. Al igual que con Otto
Dix, en estos grabados también se pueden hacer diferentes lecturas, una de ellas
es la que propone el autor en su dibujo, autorretrato, paisajes, escenas
bíblicas, etc, y la otra es visualizar el modo en que Rembrandt construía sus
imágenes. Un sinfín de líneas, puntos, curvas, con diferentes ritmos, espesores
y densidades, construían ellas mismas un relato autónomo, con una gramática
dibujística muy particular y con una belleza plástica formidable. No por nada
el museo recomendaba recorrer la muestra con una lupa. Fue para mi muy
movilizante tomar contacto con esa obra.
Recuerdo que uno
de los ejercicios visualez que hacíamos en el taller era tomar alguna de estas
reproducciones y las mirábamos cambiando su orientación, es decir la girábamos para
eliminar el relato propio del grabado, y observábamos poniendo atención en distintas
zonas. El giro de la hoja nos permitía independizar nuestro ojo del relato y
detenernos a estudiar el modo constructivo de la imagen.
Otro artista que
me influyó muchísimo fué, por supuesto, mi maestro Eduardo Stupía. Cuando
descubrí sus dibujos me encontré con alguien que exploraba una zona expresiva del
dibujo muy similar a la que yo pretendía y pretendo aún hoy.
-¿Cual es la
técnica que utiliza y porque la eligió?
La técnica que
empleo es tinta china sobre papel aplicada con pluma o pincel. No me interesa
la figuración, osea reproducir imágenes de objetos, sino aplicar, en modo
caligráfico, la tinta sobre el papel e ir generando módulos gráficos en
distintos lugares de la hoja que se van desarrollando y evolucionando. Estos
módulo presentan distintas cualidades gráficas y distintas vibraciones, las
cuales interactuan entre si generando distintas tensiones gráficas. Una de las
características de mis dibujos es que estoy continuamente girando la hoja rompiendo
de esta manera con ciertos ritmos y vibraciones y enriqueciéndo el relato. Una
vez finalizado el dibujo necesito mirarlo exhaustivamente para decidir, como
último gesto, su orientación final.
- ¿Cómo
descubrió ésta técnica?
Como te relaté
antes me atraparon los grabados de Otto Dix, Rembrandt y los dibujos de Stupía.
Además, los dibujos de Van Gogh y su grafismo me impresionaron muchísimo.
La técnica de la
pluma y del pincel las adquirí trabajando al lado de Stupía.
-¿Conoce a otros artistas que comparten su
técnica?
El artista que siento mas cercano a mi es
sin dudas Eduardo Stupía. hay otros artistas argentinos que me impresionan,
como por ejemplo Luis Felipe Noe, Lorenzo Amengual, Ana Perisé, Solano López y
Enrique Brecchia.
-¿Qué materiales utiliza para realizar sus dibujos?
Tinta china aplicada con pluma o pincel
sobre el papel. Existen distintos papeles, algunos muy caros, que permiten alcanzar
registros muy interesantes y ricos. La composición del papel es una variable
muy importante que condiciona fuertemente al dibujo. Las tintas también tienen
diferentes propiedades, ya sea en cuanto a su fluidez e intensidades de negro,
que permiten lograr una gran riqueza gráfica. Otro elemento muy importante son
las plumas de dibujo. No es fácil conseguirlas en los comercios. Hay algunas
librerías muy selectas de Buenos Aires que tienen un archivo de plumas que, me
temo, algún día se acabarán.
-¿Tiene algún lugar en especial para
dibujar. Escucha música?
Trabajo con papeles de distintas
dimensiones. Los mas grandes los empleo en mi taller ya que necesito de una
mesa grande para trabajar. Los papeles mas pequeños puedo dibujarlos en mi casa
ya que no necesito de grandes espacios.
Suelo escuchar música con un volumen bajo.
La música clásica o el jazz suelen acompañarme mientras dibujo. Pero también
disfruto del silencio. El sonido de la pluma raspando sobre el papel me produce
mucho placer.
-¿En que se inspira para realizar sus obra
de arte?
Hay una famosa frase de Picasso que dice
"que la inspiración me encuentre trabajando". Existe en la gente un
mito que sostiene que la obra de arte se produce en el momento en que alguna
musa baja y alumbra al artista. En mi caso particular, y creo que en la mayoria
también, eso no sucede. El dibujo es trabajo, trabajo y mas trabajo. Cada hoja
de papel es un lugar de experimentación y una hipótesis que muchas veces
termina en un tacho de basura, o bien en otros casos el trabajo culmina
enmarcado y expuesto en alguna muestra. El dibujo es una búsqueda continua,
muchas hojas borrador se emplean para ensayar distintos recursos gráficos. Esas
hojas se archivan en cajas y cada tanto es necesario revisar ese archivo.
Muchas veces estos reencuentros permiten iniciar un nuevo dibujo.
Un artista italiano que yo admiro muchísimo,
Alberto Giacometti, dijo en sus escritos
"...pinto para morder la realidad...", dedicó su vida a intentar
plasmar nada menos que "la realidad" en sus esculturas, telas y
dibujos. Creo que ese es el verdadero espíritu de mis dibujos, la búsqueda
infructuosa de "la realidad". A eso no se llega nunca, sin embargo
durante el recorrido hacia lo real van surgiendo obras, las cuales quedarán
como un registro a modo de un "cuaderno de bitácora".
-Este dibujo en especial, ¿fue pensado para
alguien? ¿Hay algo que le haya provocado alguna "inspiración"?
A este dibujo en particular le tengo un
gran afecto ya que lo hice en el mismo tablero de dibujo de mi padre, iluminado
por la misma lámpara que lo iluminó durante mas de 40 años. El dibujo responde
básicamente a lo que te mencioné previamente, podemos decir que es un recorrido
gráfico sobre el papel a modo de un relato. Podría decirte que tiene mucho de
caligráfico, similar al arte japonés. No hay ninguna lógica compositiva ni
figuración. El dibujo tiene sierta autonomía si bien el trabajo con la pluma
fué hecho por mí. Fue muy difícil decidir el final y su orientación.
-¿Qué busca inspirar en el espectador?
Es muy interesante lo que le sucede a la
gente con mis trabajos. La gran variación y vibración gráfica provocan cierta fascinación
visual. Creo que mis dibujos proponen un rol activo en la persona que lo
observa. Algunos se incomodan y manifiestan no entender nada y se van. Otros en
cambio buscan alguna figuración y manifiestan ver paisajes o figuras humanas,
etc.
Una vez decidido que el dibujo llega a su
fin, el trabajo lo continúa y lo finaliza la persona que lo observa.
-¿dónde se encuentra actualmente la obra?
Esta obra en particular forma parte de una
colección privada de un coleccionista argentino que vive en la ciudad de
Carrasco, Uruguay.